28 de abril de 2018

Imágenes de la Semana Santa

Se pasan los días y las semanas y me olvido de poner algunas imágenes de la Semana Santa que pasamos este año en Ayoó. Unas vacaciones que  fueron al viejo estilo, con frío, lluvia y hasta unas moscas de nieve, aunque no cuajó. Las condiciones metereológicas hicieron que no pudiera salir a la calle la procesión del Viernes Santo. La falta de cura, bueno, que tenga tantos pueblos y tantos actos en cada uno, hace que no pueda estar en todos los sitios así que se están centralizando los actos religiosos en el Santuario del Campo. Todos los actos que se han hecho en el pueblo han sido llevados por personas voluntarias que acompañaban y guiaban a los asistentes. Por lo demás, bastante gente, aunque luego parecía que se escondían y no los veías por la calle, nuestra habitual visita a La Bañeza el sábado y la presentación del libro "Testigos y Vigías" del que hablé en el post anterior y algún que otro cambio en la fisonomía del pueblo. Aquí están las imágenes:

El borrico, el único que hay ahora en Ayoó y yo creo que el único de cuatro patas incluso (perros, gatos, cerdos, conejos y fauna salvaje aparte...). Es de la familia de Zeus y suele estar en la entrada del pueblo desde Congosta.




¡¡Parada de autobús!! Tenemos parada de autobús, que se ha colocado en la Audiencia.



Y mientras algunas cosas se estrenan, otras desaparecen... por fin se han quitado los restos del cartel del famoso Plan Ñ de Zapatero, que durante años y años ha estado colocado junto a la antena, frente al cargue.




Heladas mañaneras:



Sin procesión de la Soledad por la lluvia, los actos se hicieron dentro del templo:




El franciscano que vemos en la foto no es otro que Angel Trilla, el profesor de música y baile de las mujeres de Ayoó, miembro de Son de los Valles y, como pudimos enterarnos, franciscano laico. Así se encargó él de llevar adelante la ceremonia con rezos y las canciones habituales en la procesión.




Aquí la saeta que cada año canta Celso al final de la procesión, en este caso, tras los cánticos y rezos de la noche.



Y ahora, una selección un poquito de todo:













10 de abril de 2018

Testigos y vígias, un libro sobre Vidriales

El pasado sábado santo (31 de marzo) se presentó en Santibáñez el segundo volumen de Testigos y devigías, dedicado a los pueblos del Valle de Vidriales. 


Ayoó encabeza el contenido del libro en el que hay otros 22 pueblos del valle: Bercianos de Vidriales, Brime de Urz, Brime de Sog, Carracedo de Vidriales, Colinas de Trasmonte, Congosta de Vidriales, Cubo de Benavente, Cunquilla de Urz, Fuente Encalada, Granucillo de Vidriales, Grijalba de Vidriales, Moratones de Vidriales, Pozuelo de Vidriales, Rosinos de Vidriales, San Pedro de la Viña, Santibáñez de Vidriales, Quintanilla de Urz, Quiruelas de Vidriales, Tardemézar de Vidriales, Uña de Quintana, Villageriz y Villaobispo de Vidriales. 


El volumen es un libro grande, de pastas duras, muy cuidado, con grandes fotografias y textos sobre el pueblo, su origen, características, arquitectura, fiestas… 






Las imágenes son obra de Enrique del Barrio, con la ayuda de Margarita Vega, que también se encargó de las localizaciones. Son fotografías con mucha fuerza, centradas sobretodo en la arquitectura tradicional, mucho gran angular y muchos filtros… embelleciendo lo que a veces pasa desapercibido en el día a día. 


Los textos pertenecen a Miguel Angel Blanco Casquero, el corresponsal en la zona de La Opinión de Zamora (MAC para los lectores). Ahí es donde flojea más el libro, en mi opinión, porque tiene una forma de escribir rebuscada y pelín exagerada para mi gusto (definir las nubes como “los algodones plúmbeos del firmamento”…). Algunos datos con los que no estoy de acuerdo: nombrar la iglesia de Ayoó como San Salvador, cuando es El Salvador (se lo comenté en la presentación y me dijo que una cosa y otra viene a ser lo mismo. Más sabrá él que yo de estas cosas, que tiene estudios eclesiásticos, pero bueno, yo me quedo con lo que gente del pueblo me ha contado, como ya he escrito en el blog varias veces). La fuente Mildeos se transcribe como Mildedos, como aparece oficialmente y como nunca lo ha llamado nadie en el pueblo. Pequeños detalles. 

Foto web Interbenavente.
Pero esto es mi opinión personal… la verdad que el libro gustará a todos los que conozcan estos pueblos como me ha gustado a mi, es una preciosa forma de tenerlos presente (y un estupendo regalo, por cierto).

En la presentación nos hicieron un precio especial por el libro y nos dieron como regalo unas postales con algunas de las fotografías. 


Además se proyectó un montaje con las fotografías del libro, que supongo que en breve estará en la red (editaré y lo pondré cuando lo esté). De momento, este es un avance.


Esta colección fue idea de Juan Enrique del Barrio, el fotógrafo, un segoviano que por medio de su pareja, Margarita Vega, de Coomonte de la Vega, llegó a estas tierras zamoranas y se enamoró de los pueblos. Estos pueblos que se van quedando con muy pocas personas, deshabitados, solos, sin actividad económica, perdidos en el siglo XXI sin que las administraciones hagan demasiado por cambiar esta situación. Del Barrio, que también ha hecho de editor, en la presentación abogó porque las gentes de estos pueblos, los que siguen allí y los que tenemos vinculación familiar, hagamos un esfuerzo por conocer al resto de poblaciones, tener más unión unos con otros. 

Del Barrio mandó un mensaje al programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser explicando con su voz todo esto. Lo podéis escuchar aquí


Fotografías de Mari Gan, en Ruta Arqueológica de los Valle de la presentación que se llevó a cabo en la sala del albergue de Santibáñez.





Este libro dedicado al Valle de Vidriales es el segundo de Testigos y Vigías. El anterior estaba dedicado a los pueblos del Valle del Eria y del Órbigo y salió a la venta en la Semana Santa de 2017. Y el próximo será el que tendrá como objetivo al Valle de Tera. El cuarto, ya se verá, los pueblos de los alrededores que quedan, supongo. El libro cuesta 22€ y se puede comprar en librerías de Zamora y Benavente y en casi todos los pueblos protagonistas (en Ayoó en la tienda de Soraya). 

Muy recomendable, como digo, hacerse con un ejemplar de Testigos y Vigías. Una aproximación histórica y cultural al valle de Vidriales de Zamora. 



7 de abril de 2018

Doce meses, doce iglesias: Ermita del Rosario en Rosinos

En el pueblo de Rosinos, además del Santuario de la Virgen del Campo y de la parroquia de El Salvador que ya pasó por este pequeño espacio, encontramos otros dos monumentos religiosos: 

Una pequeña ermita a la salida del pueblo, cerca de los columpios, dedicada al Cristo de la Vera Cruz.




Y otra ermita, pero esta de mayor tamaño, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. 

Es una construcción bastante grande para ser una ermita y está levantada junto a otra edificación bastante curiosa, una especie de patio circundado por un muro de piedra y un edificio dentro. 







No tenía ni idea de lo que era, ni en casa supieron decirme. En el libro de Testigos y Vigías, de reciente publicación (y del que hablaré próximamente), señalan que que era la Casa del Curato. No sé si era allí donde vivían los jóvenes que se preparaban para el sacerdocio en la Virgen del Campo, a mediados del siglo XX... 

El caso es que tanto la Casa del Curato y como la ermita han pasado a ser privadas, según se explica en el libro y están recién remozados tantos sus muros como sus tejados.











Rosinos está levantado sobre una loma, todas sus calles en cuesta y, al parecer, la pequeña explanada que hay frente a la ermita era el espacio usado en años anteriores para las verbenas del pueblo.




Con estas ermitas de Rosinos termino, de momento, la serie de Doce meses, doce iglesias... que al final han sido 19... 






En verano reanudaré los paseos por los pueblos y las fotografías a sus ermitas e iglesisas, pero he pensado darle una vuelta y hacer protagonistas a los pueblos que las rodean. Alguno ya ha desfilado, como Grijalba (aquí y aquí) o Castrocontrigo pero quedan muchos otros que participarán en el apartado que ahora se llamará "Doce meses, doce pueblos".