24 de octubre de 2016

Verano del 16 (3)

Y en el tercer capítulo llegamos al repaso festivo, a esas fiestas de San Mamés y San Bartolo que marcan el calendario de agosto, el calendario vacacional de algunos y, cada vez más, las fechas en las que el pueblo se llena de gente (hace tiempo que no se estilo lo del mes de vacaciones de antaño y ya parece que tampoco la quincena de asueto... ahora casi casi son cinco o seis días los que llenan el pueblo de gente). 

La fiesta de San Mamés cayó en fin de semana, así que hubo lleno esos días. La habitual procesión hasta la ermita, con el estreno del nuevo pendón del pueblo (habrá post exclusivo para ello) como gran novedad. 


El alcalde, David, procesiona con su mortaja en la mano. Una costumbre que ya se va perdiendo, pero tres o cuatro personas del pueblo (él, Pedro, Amelia, entre los que yo recuerdo...) siguen manteniendo.



Verbena... grupos variados, unos me gustaron más que otros (yo soy más de pachangas tipo Paquito Chocolatero o No pares sigue sigue..., canciones ochenteras, pop... y me cargan mucho el reguetón o las cumbias y similares...) y sobretodo, me incordió que cuando estábamos ahí, baila que te baila en la noche de sanbartolín... va y a aparece la lluvia. Hasta en dos ocaciones tuvieron que parar los músicos porque aquello iba en aumento, justo con el grupo que más nos estaba gustando y con el que más animados estábamos... ¡¡qué le vamos a hacer!!



Y San Bartolo propiamente dicho, esta vez hizo un día buenísimo para la merienda que ofrecen los cazadores en Requeijo. Muchísimos coches desbordaban el aparcamiento y alrededores y cuando bajamos, ya tarde, apenas lo hacíamos a pie unos diez o doce personas...

















El día de San Bartolo, espléndido y soleado, en el que se sacó el nuevo pendón del pueblo que no sin problema por culpa de banderines festivos y cables de la luz, pudo lucir por las calles de Ayoó.












Bailes y juegos, que no falten...









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