4 de noviembre de 2013

La placa de la Iglesia

En la fachada de la Iglesia del pueblo había una lápida en la que se recordaba a los muertos de la Guerra Civil. Normalmente, en estas placas, se hacía un revanchismo y ostentación de una parte de los muertos en la guerra, la de aquellos que habían luchado en el bando franquista, mientras a los del bando republicano se les condenaba al olvido.

Lápida en la Iglesia de Santa María de La Bañeza

Lápida, apenas ya visible, en la Iglesia de Pobladura del Valle.


En la Ley 52/2007, la conocida como “Ley de la Memoria Histórica”, se trataba de reparar este hecho y en uno de los artículos se señalaba que debían retirarse este tipo de recuerdos. Aquí está el texto del artículo:

Artículo 15. Símbolos y monumentos públicos.

1. Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura.


Algún águila y algún Franco a caballo se han ido retirando de pueblos y ciudades, pero siguen quedando y sobretodo, llama la atención las placas que aún se mantienen en las Iglesias, rogando oraciones por solo una parte de los muertos en la contienda.


En Ayoó también hubo una placa de recuerdo de los muertos, más modesta en su forma, una mera cruz negra y los nombres de los fallecidos en el bando franquista debajo. Estuvo puesta en la Iglesia hasta el año 1995, cuando se acometieron las obras de reforma en el templo.
 
La placa en la Iglesia. Foto del año 1993.
 
La placa se quitó y en su lugar se puso el cartel con la información de la reforma en la Iglesia.
Foto de Agosto de 1995.
 
Estado actual de la fachada de la Iglesia.
 
Entonces se quitó y a punto estuvo de llegar a la basura. La salvó, según me contó él, Matías, que la recogió y guardó en el pequeño almacén que hay en el cementerio, donde yo la vi aún hace un par de años.




El caso es que todo esto tiene mucho que ver con mi familia. Mi abuelo materno, el padre de mi madre, Segisfredo, murió en la guerra, en Córdoba, en Fuenteovejuna y allí quedó enterrado, no sabemos dónde exactamente. Hasta el cementerio le llevó Pascual Lobato, el padre de Trini, que estaba con él y fue quien contó todos los detalles a la familia. Su nombre, junto al de otras víctimas, estuvo puesto en esta lápida y hasta allí iban mi abuela Irene y mi madre, una niña, a ponerle flores, sobretodo en estos días, en Todos los Santos. Mi madre recuerda hacerlo durante años y asegura que le gustaría poder seguir teniendo este recuerdo para un padre que apenas conoció. Tal vez se pueda poner una nueva lápida en la que estén todas las víctimas de la Guerra, sin exclusión por bando, para recuerdo de todos su familiares.

Estos son los que me han apuntado en casa, si falta alguno estaría bien que me lo hiciérais saber:
  • Mi abuelo, Segisfredo Martínez
Mi abuelo Segisfredo en una foto de estudio durante su mili.


  • Juan Manuel, hijo del Ti Baltasar. Se dice que era un chico muy estudioso y listo y que murió manipulando una bomba que intentaba desactivar. Era soldado de reemplazo, como mi abuelo.
  • Ventura Pontejo Alvarez, hijo del Ti Arturo, que luego fue alcalde de Ayoó. Era voluntario en el Ejército.
Cuadro que la familia dejó para la exposición de fotografías antiguas de Perafondo de este año.
Están el Ti Arturo, su hijo Ventura y la esposa y madre, Dorotea.


  • Gabriel Tostón Alvarez, hermano de Tomasa y Arsenio, hijo del Ti Vicente y la Ti Rosa. Este también era voluntario en el Ejército de Franco.


  • Luis Blanco Alvarez, el fraile que fue fusilado en su convento, en Valencia, por un grupo de milicianos.



  • Felipe Llamas Barrero, fusilado en Gijón, recientemente ascendido a beato por la Iglesia.



  • Nicolás Quiroga Riesco, maestro, primo de mi abuelo, “paseado” por los falangistas en Muelas.
Imagen de Nicolás Quiroga Riesco en la mili, fotografía expuesta en la exposición organizada por Perafondo este verano.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

La madre de Ventura Pontejo Alvarez, se llamaba Dorotea

IRM dijo...

Gracias, lo pongo.