4 de diciembre de 2012

Visita al Museo de Castrocalbón (y 4)

Con este artículo de hoy, termino mi amplio repaso por el Museo de Castrocalbón. Subimos esta vez a la planta de arriba y os muestro alguna de las cosas que más llamaron mi atención -y fueron muchas-:



En estas vitrinas hay objetos de lo más curiosos: la radio, cámas de fotos antiguas, rollos de película, caja de caudales, tijeras de podar, carrancas...
Y en esta otra, cepos, carracas, castañuelas, una bomba de bici, un cencerro y el cinturón de un guarda de campo.

 

 
 
Antigua caja fuerte del Ayuntamiento al estilo de las que se usaban en Roma: tenía tres candados y tres personalidades de la ciudad eran las que tenían cada una su llave. Esta es la explicación de esta peculiar caja de caudales: Un objeto singular es el arca que servía para custodiar los documentos y bienes de la Jurisdicción de Castrocalbón (...) y que se conoce como el arca de los tres claveros. Este nombre deriva de que la importancia de lo que en ella se guardaba imponía un curioso métodos para que se pudiera abrir solo en el caso de acuerdo pleno de sus custodios pués consta de tres cerraduras, cuyas llaves eran guardadas por tres personas diferentes: el Corregidor, el Alcalde Mayor y el Secretario del Ayuntamiento.
 
 
Aquí hay otros objetos que han tenido mucho trajín en años pasados: el bombo para realizar el sorteo de quintos para el servicio militar y un cepo para los detenidos que se encontró en el calabozo del antiguo Ayuntamiento.
 

 
 
La burocracia siempre ha formado parte de nuestras vidas, muy a nuestro pesar, y no hay más que ver la representación de un antiguo despacho para ver cuántas horas perdemos entre papeles:
 

 


 

Este es un curioso artefacto, es una máquina de escribir sin teclado. La Mignon, nombre francés para un artilugio fabricado por la alemana AEG en los primeros años del siglo XX. Así la presentaban en una exposición del Museo de la Técnica de L'Ampordá (Girona): la Mignon se concibió como un aparato para uso doméstico, con un precio muy ajustado, una mecánica fácil de producir y que necesitaba pocas reparaciones, y unas limitaciones de velocidad que eran compensadas por su capacidad de cambiar los tipos. Su público potencial -particulares y profesionaels liberales- no necesitaba una máquina que maximizara la velocidad, como era el caso de las oficinas, y al mismo tiempor podía valorar otros aspectos como la capacidad de incluir en un mismo documento texto en cursiva, en diferentes tamaños o múltiples fuentes.
La Mignon es también el orígen del coleccionismo de máquinas de escribir. Su particular diseño junto con su aire pintoresco despertó el interés de los primeros coleccionistas de este aparato una vez dejó de ser un objeto funcional


Este no es un recuerdo de tiempos pasados de Castro, se la legó al Museo un vecino y les pareció tan curiosa que le hicieron un hueco en la exposición.


Y recuerdo que tampoco hay que perderse la recreación de una clase de colegio de tiempos pasados, que ya os presenté en el post de la
escuela de antaño.

No hay comentarios: