15 de enero de 2012

Gatos

Liso, el verano pasado.

Los gatos llevan entre los humanos unos 9.500 años. Han sido venerados como dioses, odiados por acompañar a brujas, felicitados por sus dotes cazadoras y perseguidos por transmitir enfermedades... hay quien no soporta su mirada inquisidora y otros adoramos su porte, sus movimientos, su fidelidad a ratos...


Mis recuerdos del pueblo siempre van ligados a gatos, a la gatita negra y blanca que había traído mi tía de La Bañeza y que se dejaba tocar y achuchar y la blanca y gris huidiza que siempre se escapaba por la gatera cuando yo me acercaba. Los muchos gatitos a los que he buscado (y encontrado) en el pajar, el hierbal, en la cocina de horno... Sorgiña, la gata a la que adoptábamos en los veranos y que se metía en las camas... así hasta llegar a nuestra Princesa, la gata más lista cazando ratones, cariñosa y zalamera, su hija Lisa, tristemente desaparecida el año pasado y su hijo Liso, que vino a llenar el hueco de su hermana. Todos ellos siguen a mis padres en sus trabajos por los huertos como si de perrillos se tratara, nos buscan cuando llegamos al pueblo y nos alegran con sus juegos.


Los gatos me gustan y se me dan bien, consigo acercarme hasta a los más ariscos y en los paseos por Ayoó voy saludando y acariciando a todos los que se me cruzan y fotografiando a los que se dejan. Estos son algunos de ellos:

Prince y Lisa atusándose a la puerta de casa.
Princesa
La gatita de Agustina que es mansita y preciosa y suele estar en los alrededores de su casa descansando.
Gatito de mi tía Paulina que "adoptamos" una Semana Santa... aquí en las escaleras del campanario.
"El turco", el gato que tuvieron Adonina y Felipe, que recibió ese nombre porque se lo trajo su hija Susi (que está casada con un ciudadano de Turquía).
Galtzerdi, preciosa gatita a la que mis sobrinas rescataron de entre la leña, cuando había sido abandonada y estaba a punto de morir. Ahora vive con Asun, que nos la recogió.
Gatito casero (tiene collar) en el tejadillo de una huerta.
Gato negro bien enfadado, en Congosta.
Gatito de Olegario y Luzdivina mirándome desde debajo de un coche.


Lisa y el rubio, amor en las alturas.
Gato en un arado en el Tiar.
Otra gato de huerta.
En el tejado.
Curioso.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si si gatos .yo era uno de los que siempre juge con cualquier gato todos me gustaban fuesen de quien fuesen y ahora estoy enferma desde hace un año por un arañazo de un PUTO GATO ,AH Y LO MAS JODIDO QUE ERA MIO.

IRM dijo...

A mi también me han mordido y arañado, el mío y los que no son el mío... y nunca me ha pasado nada. Mala suerte.

Anónimo dijo...

Mira si sera mala suerte entre 100000- 9 y a mi me toco como la loteria

Trinity dijo...

Preciosos gatitos, has captado unas imagenes muy bellas. Me hace gracia el que has pillado en el tejado, vaya ojos verdes y grandes que tiene, de sorpresa.

A mí me encantan los gatos, pero no fue siempre así. Hasta que no tuve una, no me di cuenta de lo especiales y buena compañía que son los felinos.

Saludos.