27 de diciembre de 2009

Más nieve



Sigue nevando en Ayoó y seguimos haciendo repaso de cómo eran los tiempos pasados cuando la nieve lo cubría todo en el pueblo.

Uno de los mayores incovenientes era no poder sacar a los animales a pastar a los campos. “Las ovejas y cabras podían estar hasta ocho días en casa y les dábamos de comer paja, follaco (ramas de roble cortadas en septiembre y octubre y que se guardaban para darles cuando nevaba)... pasaban tantos días que se acababa la comida. En una ocasión fueron abuelo y los del barrio a llevar la hacienda al camino La Bañeza, cerca de Juan Torres, donde había una zona de solana, para ver si allí había algo para comer... llevaron las cabras por delante, porque las cabras son más ágiles, saben ir mejor por el monte y abren camino. Las ovejas venían por detrás para poder darles algo de comer... Las vacas se quedaban en casa, en la cuadra, comiendo paja, hierba o nabos.”

Aunque el invierno era la época más relajada para la gente del campo, trabajo siempre había para no parar. Las mujeres hilaban la lana y el lino y espadaban y para los hombres, una de las tareas principales era ir al monte a sacar piedra que luego se usaba para las casas, para empedrar los portales, por ejemplo, para fincar las tierras (poner piedras entre una y otra finca para que no caiga la tierra para abajo). Se sacaban con una maza, una cuña de hierro, un zadón de monte... y había que hacerlo entre varios hombres, era un trabajo duro.

Otras tareas eran meter abono, hacer hoyas, roturar quiñones... como en Ayoó Pequeñino, en Osilga, limpiando el monte para sembrar hierba y de paso, sacando leña. “Se quemaba mucha leña, necesitábamos como 8 o 10 carros al año, para cocinar, para el horno del pan... todo se sacaba del monte, las urces, los troncos... así que estaba muy limpio, claro, no como ahora.” Además de para casa, a veces también se vendía: “Se vendía en La Bañeza, a 15 o 20 céntimos el kilo, se llevaban troncos para el alambique para hacer aguardiente, en la Bodega Bovis.”

Otro que no paraba era el carro, el vehículo de la época. “Para calentarnos, en el carro llevábamos tascas y urces, parábamos cada cierto tiempo para descansar y hacer lumbre para calentarnos. También llevábamos un cobertor en el carro y un rato iba uno dándole a las vacas y el otro durmiendo (o intentándolo).”

Trabajo invernal era, asimismo, cuidar las viñas, abonarlas, e ir preparando la herramienta para la próxima primavera. “Se afilaban las rejas de la casa. Se iba a la fragua con todas las rejas del arado, los zadones... en total en cada casa habría como 15 o 20. Había fragua donde la casa de Antolina, en el Canto y donde el Ti Emiliano, y donde Fermín, el de Arseliana, donde ahora están los pisos de sus hijos.”

La nieve también daba mucha tarea en las casas, paneras y corrales del pueblo. “Con el peso de la nieve se caían algunos tejados que estaban viejos. También teníamos que ir a quitar la nieve de las cuevas... Una vez entró la nieve seca, el aire la llevó y la metió por la zarcera y se llenó la cueva y la tuvimos que sacar con telegones. Cuando me casé yo, nevó mucho y en la cueva de tio Rogelio, hizo presa y se le metió dentro y tuvimos que ir todos a sacar el agua...”

Cuando había nieve había otra actividad más de subsistencia que de entretenimiento: cazar conejos. “Cuando había mucha nieve íbamos por la nieve al monte, veíamos las pistas y los boquizos, la entrada que hacían los conejos a las madrigueras e intentábamos cazarlos. Un día estábamos un montón de chavales del pueblo y pusimos piedras en los boquizos y volvimos al día siguiente a ver si los pillábamos. Y no conseguimos sacar ni un solo conejo. Y en cambio, el Ti Agapito y Santiago Centeno (Jalones) sacaron diez o doce conejos a ras de suelo y en un rato...”


Fotografía de este mes de Diciembre, hecha por Tanina y que me ha facilitado Ayoíno 100x100, del foro de Ayoó.

No hay comentarios: