5 de marzo de 2014

La Iglesia por dentro: La cruz de las misiones


En la Iglesia del pueblo hay dos grandes cruces que son un tanto especiales, son las llamadas cruces de misiones. Una está dentro del templo, sobre la puerta de entrada. La otra, justo al otro lado, sobre la puerta pero en el exterior.

La cruz de misiones que está dentro del templo de Ayoó.

Cruz de misiones en el pórtico de la Iglesia. Foto de Mari Gan,
Ruta Arqueológica por los Valles de Zamora, grupo de Facebook.
 



Hoy, miércoles de ceniza, inicio de la Cuaresma católica, es un buen momento para hablar de ellas, ya que su función era principal en esta época. Yo no sé mucho de estas cosas, así que me remito a dos artículos del profesor Pérez Mencía en su blog Patrimonio Popular, en los que explicaba detalladamente la presencia de estas cruces en las iglesias de nuestros pueblos:



Durante el tiempo de la Cuaresma solía haber lo que se conocía como ‘las misiones’, y al finalizar éstas se celebraban las ‘confesiones generales’. Todavía se pueden ver en pueblos de esta comarca grandes cruces en las paredes de iglesias o pórticos, indicando días y año de la celebración, así como los padres misioneros que las impartieron. La verdad es que era una época propicia para ello, pues eran días en los que casi todo giraba en torno a la iglesia y era el momento apropiado para que los fieles cumpliesen con la ley eclesiástica obligatoria de “confesar y comulgar una vez al año y, a ser posible por Pascua Florida”.




Había misiones cada tres o cuatro años y duraban varios días. En principio corrían a cargo del clero regular: religiosos franciscanos, dominicos, agustinos u otros. Más adelante los que platicaban y predicaban eran del clero regular: sacerdotes especializados o ya con experiencia en este tipo de actos. Se tratase de unos o de otros, a todos se les llamaba misioneros y misiones lo que ellos realizaban. Solían acudir dos a cada pueblo y entre ellos se repartían las distintas tareas.

Los que más impresionaban a pequeños y mayores eran los frailes ‘de barba’, aplicado y referido este apodo principalmente a los franciscanos.





Las pláticas o charlas sobre el Evangelio, la vida cristiana y las verdades eternas, corrían casi siempre a cargo de religiosos dominicos, franciscanos, paúles, y otros, de lo cual se dejaba constancia también en la cruz, además de la fecha y el lugar de celebración de dichas misiones



A las misiones solía acudir casi todo el pueblo, los mayores y también los niños, que contaban con actos especiales. La iglesia se llenaba de gente que, en silencio y con respeto, escuchaban al misionero las distintas pláticas con las que les instruía sobre la doctrina cristiana y les exhortaba a los actos de virtud.



Eran muy conocidos los cánticos de misiones, en los que todos participaban cuando se celebraban los diversos actos. Algunos decían así: “A misión os llama, / errantes ovejas, / vuestra tierna Madre / la Pastora excelsa”; Venid, fieles cristianos, / a las misiones, / donde Cristo convierte / los corazones”… También se cantaban otros de penitencia como: “Perdón, ¡Oh, Dios mío!...; Perdona a tu pueblo, Señor…; Amante, Jesús mío…; Bendito, bendito…, Véante mis ojos…; Dueño de mi vida…; ¡Oh, buen Jesús!...”etc.


Ya hemos apuntado al principio que, como recuerdo de las misiones, se preparaba en el pueblo una cruz, de madera y casi siempre pintada de negro, en la que figuraba una inscripción, que informaba sobre el pueblo o ciudad, la fecha de la misión, el lugar de la celebración y la congregación o nombres del religioso o religiosos misioneros.

Otra foto de la cruz de misiones de Ayoó, hecha por Emiliano Pérez Mencía.
La cruz tiene muchos de los elementos que se señalan: brazos adornados, el Inri superior, inscripción de Santa Misión y el año, 1926; los palos o varas cruzados, el martillo y la escalera, el corazón, los clavos, el cáliz... casi todos los habituales atributos.


Suelen ser todas de madera. A veces los extremos de sus brazos terminan de forma distinta y como un adorno más de la misma.

Las inscripciones y adornos realizados con pinturas, relieves u objetos colocados sobre ellas, tienen que ver con la pasión y muerte de Cristo, o con las verdades eternas (Muerte, Juicio, Infierno y Gloria) y demás catequesis cristiana recibida durante las misiones.


Revisando las cruces que hemos visto, en muchas de ellas se repiten las siguientes inscripciones y símbolos:


-En la parte superior del brazo central aparece I,N.R.I., que son las letras iniciales de Iesus Nazarenus Rex Iudeorum, (Jesús Nazareno Rey de los Judios), inscripción sobre una tabla o en el mismo palo de la Cruz, que fue colocada momentos después de la crucifixión de Cristo.



-En algunas vemos un corazón pintado, sobre él una pequeña cruz y debajo tres clavos, alusiones evidentes a la pasión y crucifixión. Las letras J. X. R son iniciales del nombre de Jesucristo en griego. Debajo del corazón un cáliz, que recogería la sangre y agua que brotaron después de la lanzada, cuando a Cristo le abrieron el pecho con una lanza.



- A destacar también los dos palos o varas alargadas, cruzadas y apoyadas sobre el brazo central, que tienen algunas cruces. Una de ellas es o representa la lanza con la que, como he dicho, le abrieron el costado a Cristo, y del cual salió sangre y agua, según la cita evangélica. La otra vara tiene en el extremo una esponja con vinagre que le acercaron a la boca cuando Cristo dijo: "Tengo sed".

- En el brazo central de las cruces y en algunas también en los laterales, se suelen pintar o colocar en relieve, símbolos relacionados con la pasión de Cristo y su crucifixión. Concretamente vemos una escalera, utilizada cuando lo bajaron de la Cruz, el Descendimiento, para lo cual tuvieron que utilizar martillo y sobre todo tenazas para sacar los clavos. El martillo principalmente sería para clavarlo en la Cruz, que hicieron sobre el suelo.

Aunque la mayoría de las cruces de misiones se encuentran colocadas en los muros o paredes de las iglesias o ermitas, y en un lugar más o menos llamativo, he visto también algunas en los pórticos e incluso en el exterior. Estas, lógicamente, están más deterorioradas, por encontrarse al aire libre y sufrir las inclemencias del tiempo. Peor todavía ha sido y es la situacion de aquellas que se encuentran en los trasteros, o entre los escombros de ermitas o iglesias en ruinas o en total abandono. Y es que, en este caso, al retirar las imágenes y otros objetos de valor dejaron allí la cruz, por no considerarla de interés artístico. Pero hay que reconocer que las cruces de misiones nos proporcionan infromación y son testimonio de una actividad de tipo religioso a la que se le dió mucha importancia en el pasado, como eran las Misiones.

Blogs del profesor Mencía, Patrimonio Popular de donde se han extraído estos textos. Tienen además, un montón de preciosas fotos de cruces de todo el valle.


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