2 de febrero de 2014

La luna


Todos los años le compro a mi madre el calendario zaragozano.
Allí tiene el detalle de qué luna habrá cada día, cuándo estará en creciente, cuándo en menguante y así saber cuándo tiene que plantar en la huerta. Así lo hace y así se ha venido haciendo desde siempre. Cada tarea tiene su fecha y su momento, como me comentan en casa: “La madera se corta en invierno y mejor en menguante, los talegones se cortaban antes de que caiga la hoja. Para sembrar, los tomates, los pimientos, las berzas, las remolachas... en menguante. Las lechugas en menguante se suben menos. Se miraba la luna para cortar y para sembrar, pero para recoger, no”. También cuando hicimos un repaso a la cestería se tenía en cuenta todo esto: El mimbre tenía que tener buena corta, hacerlo en luna menguante. En creciente se apalillaba y a partir de primeros de octubre se estropeaba.





Todo esto es bien sabido por la gente del campo, no tanto por los que vivimos en las ciudades, que miramos a la luna cuando está bonita pero quitando las mareas y el hombre lobo, poco más sabemos de su influencia sobre nosotros.






Mi calendario de la cocina del pasado año era de Eusko Label,
alimentos de Euskadi de calidad, y estaba toooodo dedicado a explicar esta influencia de la luna. De ahí he sacado algunos textos, escritos por Jakoba Errekondo, agrónomo y paisajista.



(Cuando la luna está en) ascendente -creciente- (Ilgora en euskera). No quiere decir que la luna está creciendo sino que día a día su órbita en el cielo es cada vez más alta. Esto provoca que la savia de las plantas suba más fácilmente y auspicia y refuerza el final del ciclo de la planta, flor-fruto-semilla.

Descendente -menguante- (Ilbehera en euskera). No es que la luna esté decreciendo, si no que cada día su órbita en el cielo es cada vez más baja. En esta fase se favorece la actividad en la parte baja de la planta y se fortalecen las raíces, las reservas, el tronco, etc

Plantas curanderas

La savia de la luna ascendente llena de vigor y energía las partes aéreas: flor, fruto, semilla, yema, brote, hoja... La luna descendente vigoriza las raíces, las reservas, el tronco, la corteza... En cuanto se recojan hay que guardarlas en un sitio oscuro, fresco y ventilado.

El invierno en el caserío

Hierbas y alfalfa henificadas y granos como trigo, cebada, avena, maíz, soja, haba, etc ¿Cuándo se debe cosechar y guardar lo que será el sustento invernal? En ascendente la planta será más rica, pero en descendente se conservará mejor. Hay que decidir. Seguramente, el momento más beneficioso es el inicio de la descendente: la planta estará rebosante de la ascendente recién pasada y ya entrada en descendente le ayudará a conservarse mejor.


Luna de Ayoó, tomada con el teléfono móvil por Judit Gutiérrez Rodríguez, la hija de Marian.


Injertos

Para que dos partes de dos plantas diferentes se adhieran y juntas emprendan una nueva vida, la clave es la savia. El patrón y el injerto se unirán por cirugía. La operación quirúrgica es a vida o muerte y consistirá en poner exactamente a la par y unir el tejido de la parte interior de la cortza en ambos, que es por donde circula la savia. El injerto se realiza justo antes de que comience el gran flujo de la savia: el de púa a finales de invierno y el de escudete a finales de verano. Se injerta a finales de la luna descendente para que el reflujo de savia adicional de la ascendente ayude a que las dos partes se unan y prendan.

Abonos

Todos los trabajos relacionados con los abonos -maduración, volteo, reparto- hay que hacerlos en luna descendente.

Sidras y vinos

La fruta llega a su plenitud organoléptica en la luna ascendente, es cuando los aromas y los abores son sublimes. Pero si el objetivo es el vino o la sidra, será mejor recolorctarla en descendete, pues esto aportará a la bebida mejores condiciones de maduración y conservación.

En la bodega, cuando hay que trasegar, si lo hacemos en descendente la fermentarción se debilita y decae. Esta se mantiene mejor si se trasiega en ascendente. Habrá que decidir en función del estado de la bebida y del objetivo del trasiego pero nunca hay que moverrla con frío ni en días ventosos ni de tormenta. Esto vale también para el embotellado. Esta operación hay que realizarla en descendente, pués la bebida está en calma y tras el golpe del embotellado trendrá una vida más tranquila y larga en la botella.


La cosecha

Según lo que queramos conseguir, debemos fijarnos en la fase de la luna y actuar en el momento más adecuado: si pretendemos recoger flores, frutos o semillas, sembrar en ascendente, y en descendente si lo que buscamos son raíces, reservas, hojas...

A la hora de cosechar en ascendente solo cosecharemos lo que se consumirá pronto. Todo lo que queramos conservar largo tiempo, como frutos, patatas, semillas, lo cosecharemos en descendente. Además de que se mantendrán más tiempo sin pudrirse o sin rebrotar, las semillas y las reservas conservarán mejor su capacidad de germinar y brotar.

Podar

La poda siempre produce daño, el de la herida del corte. Por ello las podas deben de realizarse al final de la luna descendente, en el umbral de la ascendente que traerá la savia que cicatrizará la herida. Debido a la importancia que tiene la savia en la cicatrización, no debe podarse ni a finales del otoño ni en pleno invierno.

Cortar madera

Seguramente, lo que determina en qué luna hay que cortar un árbol es el uso que se le va a hdar a su madera. Si necesitamos madera dura y duradera (para el maderamen de una casa, para estacas...) habrá que abatir el árbol cuando menos savia tenga, finales de otoño y principio de invierno, y en luna descendente. Esta madera nos dará brasa persistente pero poca llama.

Si lo que queremos es madera flexible, hay que cortarla cuando está plena de savia y en luna ascendente. Por ejemplo el avellano para varas, el aliso para pértigas o el haya, que se requiere liviana, dúctil y que da un fuego de gran llama, aunque fugaz.

Limpieza de cuerpos

Cuando, para hacer una limpieza interna y revitalizar el cuerpo, queremos iniciar un ayuno o una dieta, lo mejor es iniciarla con la luna ascendente.
Para cortar el pelo hay que tener en cuanta que si lo hacemos en ascendente, el pelo crecerá más rápido, pero más fino, débil y endeble. Si lo cortamos en descendente medraá más lentamwente, aunque más fuerte y robusto. El mismo razonamiento nos sirve para dedicir cuándo depilarse o cortarse la uñas. Para quitarse la verrrugas, los callos, las durezas, etc, lo mejor es hacerlo en descendente. Es el momento en el que además de quitar la parte visible, dañaremos más a la raíz.

Luna de Ayoó. Foto Judit Gutiérrez Rodríguez.

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